Este domingo fui a almorzar con
mi esposo e hijo a un restaurancito donde se come muy rico, ya sabíamos que no
habrían sillitas de comer para bebes, como en muchos establecimientos, pero
decidimos arriesgarnos una vez más e ir por un rico cebiche sabiendo lo que se
nos venía, Emanuel no es tranquilo a la hora de comer, lo siento en su silla y
es la única forma que este ''quieto, a veces se para dentro de su silla, pero
no puede bajar; volviendo con el tema, cuando salimos a un lugar donde no hay
sillita prácticamente nos turnamos, un rato lo carga mi esposo y yo como, y
viceversa, pero él no es un niño que quiera estar en brazos desde que empezó a
caminar, incluso desde que gatea; lo soltamos por ratos sin perderle la vista y
siempre tras él; este día dejamos que el camine pues no es muy grande el lugar
y casi no había gente, venia por ratos a comer y se iba, de pronto llega una
familia con una bebe de casi 2 años aprox, desde que la vió, solo quería estar
prendido de ella al pie de la silla donde la habían sentado, mi esposo renegaba
y me mandaba a traerlo a cada rato, hasta regaño a Ema y eso me molestó, él
decía que nuestro hijo no dejaba comer tranquilos a esa familia, pero que más
da? son bebes, ellos no saben de eso. Me da tanta cólera que por cosas como esta
yo prefiera salir sin Ema a algunos lugares o, peor aún, prefiero no salir.
Aplaudo enormemente a los lugares que si cuentan con sillitas y cambiadores, si
sus locales son para un público familiar, lo mínimo que deben tener es eso. Nosotros
los padres merecemos comer tranquilos sin hacer tanta maniobra.
¡Díganme, ¿solo a mí me ha pasado?!
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario